Cuauhtémoc nació el 23 de febrero (entre 1496 y 1502) Cuauhtémoc en náhuatl quiere decir “águila que desciende”, al ser asesinado Moctezuma por los españoles el 1 de julio de 1520, después de lograr liberar a su hermano Cuitláhuac, este nombrado Tlahtoani logró derrotar a los españoles en la noche victoriosa y victima de la viruela murió invicto a los 80 días.
El consejo de gobierno (tlahtokan) nombró Tlahtoani al joven Cuauhtémoc el 6 de diciembre de 1520. Como tal dio una lucha histórica en contra de los españoles, resistió con valentía al frente de su pueblo el sitio que impusieron los invasores, donde luchaban en las peores condiciones, guerreros hombres mujeres y niños, se agotaron los alimentos, comían sabandijas, hierbas, hojas, y cortezas de árbol, ni el hambre y la sed, la peste que se propagó, nada los detenía para defender su ciudad, Cuauhtémoc siempre se negó a rendirse él decía “no queremos la vida sin libertad”
El 26 de mayo de 1521 el invasor de Cortés mandó construir 13 barcos para asediar la ciudad e inició el sitio, Cortés ya dominaba Texcoco, Tepeaka, Tecamachalco, Iztapalapa, Chalco, Xaltocan, Azcapotzalco, Tacuba, Xochimilco, Cuernavaca, Coyoacan, desde esas bases comenzó el sitio de Tenochtitlán.
El bloqueo comprendió la destrucción del acueducto que abastecía de agua la ciudad de Tenochtitlan y cerró todas las calzadas para que recibieran ayuda del exterior desde las tres calzadas principales, comenzó el asalto sobre la ciudad encabezado por tres columnas que dirigía Pedro de Alvarado, Cristóbal Olid y Gonzalo de Sandoval. Cortes estaba al frente de los bergantines, Cortés y sus aliados tenían una gran fuerza donde parecía que la victoria era cuestión de horas, pero la resistencia de los mexicas fue sobrehumana sin alimentos y agua y con una peste de viruela.
Las batallas eran incesantes luchaban día tras día, los combates fueron casa por casa, los mexicas se recuperaban durante la noche lo que los españoles ocupaban en el día, más tardaban en rellenar las zanjas en las calzadas para poder pasar que los mexicas en volver a cavar, enfrentaban sus espadas de obsidiana a las espadas de hierro, Cortés afirmó que estaban dispuestos a morir antes que rendirse y los españoles no habían conocido resistencia tan férrea, en ninguna de las guerras que libraron en Italia o España.
Por consejo del traidor texcocano Ixtlixochitl Cortés ordenó quemar las casas y los palacios para que no sirvieran de defensa a los sitiados, los invasores se dedicaron a arrasar con toda la ciudad. La población resistió el cerco con heroísmo. El mito europeo insiste que los mexicas comían carne humana, pero en estas condiciones extremas no lo hicieron, lo que muestra la falsedad de su dicho, ni en las peores situaciones de hambruna que vivieron consumieron carne humana.
Los españoles trataron de negociar su rendición con Cuauhtémoc, pero se negó, los españoles eran considerados traidores para el pueblo mexica. Cuauhtémoc mandó mensajes a Chalco, Cuernavaca, Xochimilco, para que se aliaran todos contra los invasores. Pasaron las semanas y a pesar de la fatiga y el hambre, los mexicas combatieron con valor volviendo a ocupar de noche el territorio que de día perdían, pero empezaron a escasear los combatientes.
Cuauhtémoc ordenó a las mujeres ocupar el lugar de los guerreros muertos o heridos y el 12 de agosto el consejo supremo o tlahtokan mando un corredor por todo el Anáhuac con su último mensaje:
Nuestro sol se ocultó,
Nuestro sol se perdió de vista
Y en completa oscuridad nos ha dejado
Pero sabemos que otra vez volverá
Que otra vez saldrá
Y nuevamente nos alumbrará
Pero mientras allá esté en la mansión del silencio
Muy prontamente reunámonos, estrechémonos
Y el centro de nuestro ser ocultemos
Todo lo que nuestro corazón ama
Y que sabemos que es gran tesoro
Destruyamos nuestros recintos al principio creador
Nuestras escuelas, nuestros campos de pelota
Nuestros recintos para la juventud
Nuestras casas para el canto y el juego
Que solos queden nuestros caminos
Y que nuestros hogares nos encierren
Hasta cuando salga nuestro nuevo sol
Los papacitos y las mamacitas
Que nunca olviden conducir a sus jóvenes
Y enseñarles a sus hijos mientras vivan
Cuan buena ha sido,
Hasta ahora nuestra amada patria Anahuak
Al amparo y protección de nuestros destinos
Por nuestro gran respeto y buen comportamiento
Que recibieron nuestros antepasados
Y que nuestros papacitos, muy entusiastamente
Sembraron en nuestro ser
Ahora nosotros ordenaremos a nuestros hijos
No olviden informar a sus hijos
Cuan buena será
Cómo se levantará y alcanzará fuerza
Y cuán bien realizará su gran destino
Esta nuestra amada madre tierra Anahuak.
Este mismo mensaje se ha traducido a trece dialectos y sigue resonando hasta nuestros días en el Anáhuak, dándonos fuerza y esperanza a los mexicanos. Los mexicas veían venir un ciclo negativo, el de los nueve señores de la noche que duraría 468 años antes de que volviera a salir el sol en el Anáhuac, ahora en esta década este siglo se ha cumplido, en Tlatelolco libran la última batalla Cuauhtémoc es capturado el 13 de agosto de 1521, pero ni se entrega ni se rinde todavía mando los remeros que se llevasen la canoa hacia ellos para pelear, pero fue rodeado por una fuerza más superior.
Ya preso fue cruelmente torturado con Tletepanketzal Tlahtoani de Tacuba para que dijeran donde escondían su tesoro lo hicieron caminar en brazas ardiendo y le quemaron pies y manos con aceite hirviendo, pero a nuestro héroe Cuauhtémoc no le pudieron arrancar ni una palabra.
Los españoles ávidos de oro se dieron a la tarea de buscar el tesoro de Moctezuma que nunca existió porque los mexicas no atesoraban el oro lo usaban para producir joyería y artesanías, no para enterrarlo aquí cabe una reflexión, de haber sido verídica la versión española sobre Moctezuma: Que supuestamente ellos, se entregó a los invasores y en todo cedió, ¿Por qué estos estaban ciertos de que les había ocultado su tesoro? ¿Porque la desconfianza en quien según ellos les había servido incondicionalmente? La actitud de los españoles prueba que en Moctezuma encontraron resistencia.
La resistencia seguía, Cuauhtémoc sabía que por el momento todo estaba perdido, pero que debía dar un ejemplo de resistencia, de valentía y dignidad para las generaciones futuras, para cuando renaciera (como lo anuncio en su último decreto) la grandeza del Anáhuac, cuando naciera el nuevo sol.
En 1525 fue asesinado Cuauhtémoc durante el viaje que realizó Cortés rumbo a las Hibueras (Honduras) a donde iba a combatir a Olid que se había sublevado el 28 de febrero, en Inzankanak, Tabasco con el pretexto de que preparaba una rebelión se le practicó un juicio sumario. Lo martirizaron con fuego en la cabeza (según el códice maya- chontal y el mapa de Tepechpan) le echaron perros bravos para que lo atacaran, lo colgaron de cabeza (según el doctor Alfonso Quiroz Cuarón célebre profesor de medicina forense de la UNAM) durante trece días y después lo ahorcaron; finalmente lo decapitaron, igual suerte sufrió Tetlepanketzal, antes de morir lo confesó Fray Juan de Tecto, también fue ahorcado por Cortés al negarse transmitir lo que Cuauhtémoc le había dicho antes de morir.
El cadáver del heroico defensor de Tenochtitlán fue recogido y luego de una dura travesía de 40 días para llevarlo a Ixkateopan, su lugar de nacimiento fue enterrado. En 1529, Motolinía inhumo sus restos con una placa grabada de cobre.
Actualmente Cuauhtémoc es uno de los personajes más reconocido por los mexicanos como héroe nacional en todos los rincones de México. El 28 de febrero de cada año, la bandera ondea a media asta en todo el país en honor al héroe.
Comments