Pablo Moctezuma Barragán
Con 114 votos a favor, 5 en contra y 3 abstenciones, los senadores mexicanos dieron luz verde al comprometedor acuerdo que sustituirá al NAFTA o Tratado de libre Comercio de América del Norte (TLCAN por sus siglas en español)por un nuevo tratado. El NAFTA entró en vigor en 1994 con los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, George W. Bush y Brian Mulroney y que ha destruido a la economía nacional produciendo dependencia extrema, desempleo y migración, devastación del campo y desmantelamiento de la industria mexicana.
Entre los nuevos capítulos del T-MEC que no se consideraban en el NAFTA o TLCAN son: comercio digital, laboral, medio ambiente, pequeñas y medianas empresas, competitividad, anticorrupción, prácticas regulatorias y tipo de cambio.
Tras las ratificación del tratado, Donald Trump felicitó al gobierno de México. Mientras que Andrés Manuel López Obrador celebró y destacó que entre las prioridades de su administración se encuentra reforzar el comercio en la región. Cada día se negocian 1.7 mil millones de dólares en productos bilateralmente con Estados Unidos, además de que México compra el 16% de todas las exportaciones estadounidenses. Hace unos meses México superó a Canadá para convertirse en el principal socio comercial de Estados Unidos y en el mayor mercado para los productos estadounidenses.
El T-MEC o USMCA, antes TLCAN o NAFTA, es un tratado comercial impulsaron los gobiernos del PRI y el PAN y que lleva a la integración económica de la economía mexicana a la de Estados Unidos y ha conducido a la integración política y militar con los gobiernos del PRI y el PAN. Inició la negociación el gobierno de Enrique Peña Nieto y le tocó al actual gobierno su ratificación. Según escribió Elisabeth Malkin 19 de junio de 2019 en el New York Times: “El entusiasmo del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador por el acuerdo marca un cambio completo y repentino a su prolongada oposición al libre comercio y un sorprendente giro para un político que se oponía firmemente a las políticas de libre mercado de México en el pasado.
Según el Gobierno de México, las prioridades que se pusieron fueron fortalecer la competitividad de América del Norte, avanzar hacia un comercio regional inclusivo y responsables, aprovechar las oportunidades de la economía del Siglo XXI, además promover la certidumbre del comercio y las inversiones en la zona.
Una vez que el T-MEC, el nuevo tratado comercial de México con Estados Unidos y Canadá, fue ratificado por el Senado de la República, Ahora se está a la espera que los gobiernos de Donald Trump y Justin Trudeau realicen el mismo proceso en sus países y que sea ratificado por sus respectivos congresos. La ratificación del Tratado por parte del Senado mexicano dificulta la realización de cambios al texto de este nuevo acuerdo por parte de los congresistas de EU y Canadá. Como sería por dar un ejemplo, disminuir el periodo de exclusividad para datos de patentes de medicinas biológicas que tanto favorece a las corporaciones farmacéuticas en perjuicio de la salud pública.
Ahora que si bien en EU el documento está ya oficialmente en el Congreso, y aunque en Canadá pasó ya su primera lectura por parte del Parlamento, no existe certeza alguna de un “final feliz”. De hecho se tuvieron que reunir Trump y Trudeau para discutir aún detalles del procedimiento de aprobación y su implementación por su parte el gobierno de Trump aún no amarra un acuerdo con los demócratas, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, para asegurar el sí.
Dado el agudo enfrentamiento entre demócratas y la Casa Blanca, la volatilidad de Trump y las complicaciones de para su reelección, “del plato a la boca podría caerse la sopa”. Con la votación del senado el TLCAN ya ha sido cancelado por parte de México mientras que el USMCA o TMEC todavía no ha sido aprobado.
La decisión en EU y Canadá pueden frustar las esperanzas de los librecambistas y de no aprobarse el nuevo tratado, México todavía tiene oportunidad de salirse de su jaula norteamericana.
De aprobarse el acuerdo mercantil tendría una vigencia de 16 años aunque las partes estarán en opción al sexto año de renovar su vigencia por otro tanto. Sin embargo si alguna de ellas no está de acuerdo con la renovación automática el acuerdo se revisará entonces anualmente para replantear una y otra vez la renovación, que de no darse se extinguiría en el plazo acordado.
El Tratado México, Estados Unidos, Canada favorece aún mas el cerco sobre México para su integración en norteamerica, de espaldas al resto del mundo. En el TLCAN, se exigía que un 62,5% de la producción de un automóvil ligero fuera hecha en alguno de los tres países para tener acceso a aranceles preferenciales. Pero con el T-MEC se elevó al 75%. Lo que nos encierra aún más en el mercado norteamericano. Por otro lado, EU. logró que entre un 40% y 45% del automóvil fabricado dentro de los tres países deba ser producido por trabajadores que ganen al menos US$16 por hora. Esta cláusula incentiva a las empresas estadounidenses para que se instalen en EU y dejar a México como simple país maquilador.
En el ramo de la salud, el Tratado va a favorecer aún mas a los grandes laboratorios y al monopolio de sus corporaciones. En el sector farmacéutico se aumentaron las barreras de acceso a los medicamentos genéricos y biocomparables. Esto repercutirá en el precio de las medicinas y va a recaer sobre la economía familiar, muy negativamente. En la práctica, las corporaciones farmacéuticas mexicanas quedan más protegidas en relación a la competencia que supone el ingreso de medicamentos genéricos, la protección de 10 años que se estableció en el Tratado, significa una traba para el ingreso de los medicamentos biocomparables (los similares de los biotecnológicos), estos medicamentos que habían facilitado su adquisición por parte de los necesitados en una sociedad empobrecida.
Es muy grande el monopolio de estas farmaceúticas que forman parte de corporaciones extranjeras. La principal farmacéutica en México es Monsanto-Bayer con capital estadunidense-alemán, la segunda Pfizer también es estadunidense, Johnson and Johnson, estadunidense, Merck Sharp Dohme de capital alemán-estadunidense, Tecnofarma, SA, es canadiense. De modo que el apoyo a farmaceúticas “mexicanas” solo fortalece a las corporaciones extranjeras, mientras que se desalienta a la medicina tradicional y a la sustentabilidad en el tratamiento de la salud popular.
En 1940 de las 15 principales farmacéutica 5 eran mexicanas, solo 3 estadunidenses. La situación se revirtió para 1977 en que no existía ningúna farmacéutica mexicana entre las 30 más importantes. De las 15 principales corporaciones farmacéuticas 11 eran estadunidenses, 2 suizas, una argentina y una Britanica. Dentro de las 40 farmaceuticas mas importantes en esas fechas solo 2 eran mexicanas.
La necesidad de la diversificación comercial es clara, pero a consecuencia del Tratado persiste una dependencia de más 80 por ciento con Estados Unidos, lo que ha frenado el crecimiento a una tasa del 1% anual per cápita, de las más bajas de América Latina, y llevado a una desocupación preocupante y a la precarización del trabajo, ya que el 65% de los trabajadores mexicanos carecen de prestaciones. Los tres socios del TLCAN tampoco han ganado competividad en los mercados mundiales pues perdieron seis puntos porcentuales en las exportaciones mundiales al pasar de 19 al 13 por ciento porque el mercado lo ganó Asia, particularmente China.
Por ningún lado se ven aspectos nuevos que sean beneficiosos para los mexicanos. No lo hay en el sector energético, tampoco se observan mayores cambios en telecomunicaciones o la industria petrolera. Lo mismo ocurre con la agricultura dado que Estados Unidos podrá seguir vendiendo el maíz a un precio más bajo porque está subsidiado, mientras en México los pequeños productores reciben apoyos de entre 70 y 80 dólares anuales, los productores en Estados Unidos superan los 30 mil dólares por año. Además el acuerdo comercial no traerá beneficios para los pequeños campesinos, debido a la asimetría existente en materia de competitividad entre los tres países.
El T-MEC incorpora una cláusula que establece que los integrantes del pacto deben informar a los otros miembros sobre sus intenciones de iniciar un tratado de libre comercio con algún país que no opere bajo condiciones de libre mercado. Lo que ha sido impulsado por EU para restringir acuerdos con países como China. Es sabido que Estados Unidos quiere encerrar a Canadá y México en un bloque regional que lo apoye en su guerra comercial con China y con el resto del mundo lo que solo beneficia a las corporaciones norteamericanas.
No solo obtuvo EU ventajas sobre México, el USMCA abrirá parte del mercado lácteo de Canadá a los agricultores de Estados Unidos. Bajo el NAFTA original, Canadá limitó cuánta leche y queso, así como otros productos lácteos, podrían entrar al país desde Estados Unidos. Pero bajo el acuerdo renovado, Canadá establecerá nuevas cuotas para Estados Unidos. Aumentará el acceso al mercado de productos lácteos, aves de corral y huevos estadounidenses. A cambio, Estados Unidos permitirá que más lácteos canadienses, maní y productos de maní, y una cantidad limitada de azúcar, crucen la frontera, según un documento de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos. Canadá también acordó terminar un sistema que mantenía abajo el precio de algunos productos lácteos, incluyendo la proteína láctea. Este cambio también permitirá entrar más productos lácteos de Estados Unidos al mercado canadiense. Las asociaciones de productos lácteos de Canadá rápidamente criticaron el nuevo acuerdo, asegurando que el tratado pone en peligro el sustento de los productores lecheros canadienses.
El documento resalta la importancia de que, en adelante, se vele por los intereses de México en el T-MEC y que éste sirva como una plataforma de modernización de las relaciones comerciales, facilite el comercio y garantice los beneficios regionales de la región de América del Norte. Pero en realidad la situación de dependencia de México empeora con éste tratado, su comercio exterior se ve sujeto, y se cae en relaciones arcaicas en las que de manera caprichosa EU impone aranceles o amenaza con imponerlos de manera brutal para obtener ganancias económicas y políticas a capricho, en una región norteamericana que se debilita frente al resto del mundo. Es conocido como Trump logró con amenazas de aranceles sujetar a México a su política antimigrantes obligándolo a militarizar su frontera con Guatemala. Hace mal México al atarse a una economía extranjera y que además va en deterioro.
El PIB trilateral es de 23.4 billones de dólares, el PIB, el PIB de México es de 1.15 billones, el de Estados Unidos de 17.2 y el de Canadá de 1.6 billones de dólares estadunidenses. Lo que quiere decir que México se pone a competir con una economía 15 veces más grande ¿Libre competencia? Enfrentarse a la economía más grande del mundo no traerá los beneficios prometidos sino una integración subordinada a la potencia dominante. A México no le conviene encerrarse en esa jaula norteamericana. Dicen que en 24 de 25 años que tiene el acuerdo comercial México desde 1994 siempre vendió a Estados Unidos más de lo que le compró. Lo que no dicen es que fueron predominantemente compañías estadunidenses las que luego de maquilar aquí exportaron a Estados Unidos sus partes, con apenas 1 o 2% de componentes mexicanos. No olvidemos que el 50% del capital de las empresas extranjeras en México son de Estados Unidos.
Se habla que México tiene tan solo “soberanía limitada” y que esta encerrado en una “jaula geopolítica”. Todo para justificar la paulatina anexión a los Estados Unidos de las Corporaciones Norteamericanas. Esto no es aceptable para los mexicanos que luchamos por la plena soberanía y que valoramos la independencia y la justicia, tampoco lo es para los pueblos de Canadá y de Estados Unidos.
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