Rocío Luna
Cuatro comunidades náhuatl de Juan C. Bonilla tejen alianzas con poblaciones aledañas al río Metlapanapa. Buscan evitar que las empresas de la región y el gobierno de Puebla conecten el drenaje industrial al caudal. Denuncian amenazas contra opositores a la obra
En actos públicos y conferencias en noviembre de 2019 los empresarios de la Ciudad Textil intentaron persuadir a la población de que solo se trata de la reparación de los difusores que ya están. Argumentaban que sólo será un colector pluvial y que el drenaje industrial se construiría paralelo al río y hacían énfasis que solo afectarían este municipio.
Los pueblos, sin embargo, accedieron al proyecto gracias a la filtración de una persona trabajadora del municipio. Constataron que se busca verter en el río las aguas que desecha la actual zona industrial y su ampliación a Ciudad Textil.
En la zona industrial tendrían cabida más de 50 empresas. Entre ellas Portatex, Pecaltex, Hidra Textil, Karden Oliver, Cerillero Atlas, Grupo Rey Imperial, Draexlmer, Thyssenkrupp Presta, Ajenix, Multiaceros, Espintex, Aunde México, Productos Químicos Industriales, Tae Global Foods, Ero Metrón, Autopartes y Pinturas.
El colector de desechos tóxicos industriales afectaría a los pueblos Zacatepec, Nextetelco, Cuanalá, Ometoxtla, San Cosme Texintla, San Diego Cuachayotla, Almoloya, Manantiales, Momoxpan, Cuautlancingo y Santa Cruz Zavaleta. En estas comunidades los pobladores tejieron sus alianzas.
El gobernador de Puebla, Migue Barbosa, presionó también a los pobladores que buscan que no se contamine el río. “Ese desagüe de aguas tratadas no representan ninguna afectación o contaminación a los inmuebles de ahí. No representa ninguna afectación a la tierra, al agua, no representa nada, se estuvo negociando por meses eso”, dijo.
Los pobladores de Santa María Zacatepec anunciaron en abril del 2020 que una vez que finalice la campaña nacional de Sana Distancia, (la cual exhorta a los pobladores a mantenerse en casa para evitar posibles contagios de Covid-19) se reanudarán las protestas para exigir que las zanjas abiertas por los industriales de Ciudad Textil para o Metlapanapa, se tapen ante el peligro que representan para automovilistas y peatones.
Señalaron que aún en la contingencia sanitaria continúan con el plantón y las guardias comunitarias que mantienen en esta junta auxiliar de Juan Crisóstomo Bonilla para defender este recurso natural, ante el proyecto industrial que amenaza con contaminarlo con aguas negras.
Pese a los esfuerzos de los pueblos organizados de cuidar y salvaguardar el río, los vecinos de Zacatepec, en Juan C. Bonilla, se percataron que las descargas industriales en febrero del 2021 no son el único problema, pues las aguas residuales que expulsa el municipio de Domingo Arenas llegan a una barranca y algún punto alcanzan el cauce del río, de acuerdo con La Jornada. Actualmente el río Metlapanapa luce de color negro, con basura en la ribera y en algunos tramos ya está seco.
Entre los desafíos que se ha tenido en la lucha por el cuidado del río podemos mencionar el del 24 de enero del 2021 dónde fue detenido Miguel López Vega, uno de los representantes más visibles en la defensa del río Metlapanapa, mediante el engañoso procedimiento de citarlo a que realizara el trámite de entregar el acta donde la asamblea de Santa María Zacatepec, su comunidad, desconocía al presidente municipal y se declaraba “en autogobierno y libre de partidos políticos”. Su detención duró apenas cinco días porque la presión social se dejó sentir muy fuerte mediante cartas y presencia en las redes sociales, pero sobre todo por la movilización social concreta de amenazar con el cierre de la autopista de Puebla, por parte de comunidades del municipio Juan C. Bonilla, junto con otros pueblos, organizaciones y colectivos.
Entre los sucesos que ocurren en los último mes en torno a la problemática inquieta incluso que las autoridades se apresuraran a suspender las obras del colector que amenaza con verter las aguas de desechos tóxicos generados por el parque industrial de Huejotzingo, pero por ahora, pese a lo que afirman diferentes funcionarios del gobierno de Puebla, la amenaza sigue viva mientras no se cancele definitivamente ese colector de drenajes que incluso, se dice, tiene ramales subterráneos, como los que provienen de las granjas industriales de la región. Se dice que son 28 empresas las que conforman el llamado “Proyecto integral para la construcción del sistema de alcantarillado sanitario de la zona industrial de Huejotzingo”, como documentó Daliri Oropeza.
Miguel López uno de los dirigentes de la lucha dice que el problema no es sólo el colector con su sistema de drenaje, sino toda una política de acaparamiento del agua, privatizada para su uso personal, pero también la posibilidad, legalizada, de mal usarla y desperdiciarla al contaminarla. Y la quieren toda, para muchos usos; podrían utilizar y captar agua de lluvia, pero van por los pozos y los ameyales: Audi tiene cinco, pero la Volkswagen tiene veinte, Hylsa (hojalata y lámina) cinco, Ternium (de láminas galvanizadas a productos de acero industrial) cuatro, y Presforza (que construye estructuras de concreto presforzadas) tiene tres. E insiste: “La industria te enferma el agua, te la quita y luego te la vende embotellada”. Pero la contaminación es lo de menos. La mayor catástrofe es que se provoca un desequilibrio generalizado. “Hay un sentimiento profundo de mirar la destrucción de todo.
La defensa del agua como don ancestral y derecho colectivo que han emprendido los nahuas desde luego se opone a los intereses de los diferentes gobiernos y empresarios que ven en el Valle de Puebla, con sus volcanes, un corredor industrial y un polo de desarrollo de donde obtener mano de obra barata, agua y energía.
El despojo del territorio, la contaminación de los cuerpos de agua y el trastocamiento de su modo de vida les hace sentir la determinación de seguir siendo pueblos, de seguir siendo comunidad, siendo gente que cuida del río Metlapanapa.
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