Pablo Moctezuma Barragán
Los seres humanos tenemos la absoluta necesidad de socializar, formar grupos, identificarnos con otras personas, participar en actividades, tener inquietudes en común, investigar, curiosear, sentirnos apoyados por un colectivo, luchar por nuestras ideas, desarrollar propuestas, plantear alternativas.
Existen organizaciones, reuniones, foros, asociaciones de todo tipo. Desde el Club de Amigos, Club de Ajedréz, de futbol, religiosas, artísticas, literarias etc. Hasta las organizaciones políticas y sociales. Cada una es diferente y tienen rasgos y fines distintos.
Para la transformación de la sociedad es imprescindible la organización política y social, que tiene una calidad diferente a las otras, si bien quienes luchan por un proyecto de nación necesitan agruparse lo más ampliamente posible, discutir, reunirse, el objetivo es el de colectivamente tomar decisiones, impulsar acciones y lograr el objetivo. No es nada mas el reunirse por reunirse y verse las caras.
Para ello es importante tener el rumbo definido, disciplinarse colectivamente para cumplir acuerdos y llegar a metas. El objetivo colectivo es lograr el objetivo que se traduce en un bienestar social. Para ello se requiere de una fuerte organización, no tanto en número sino principalmente en calidad.
Para que el objeto ayude a la sociedad, a la verdad y la justicia es imprescindible basarse en principios que el colectivo adopte. Al mismo tiempo hay que buscar la forma de avanzar a cumplir el objetivo, con flexibilidad, en situaciones siempre complejas, con tácticas adecuadas y estrategias correctas.
Todo lo anterior implica un trabajo muy serio, disciplinado, comprometido y honesto y la formación de núcleos y equipos, organizaciones que se vayan fortaleciendo con el trabajo y detectando fallas y nuevas propuestas para salir adelante. El trabajo debe ser evaluado en todo momento y siempre buscar eliminar errores, trabas, obstáculos para que logre avanzar.
En el avance del trabajo hay siempre fallas y errores, que se tienen que detectar y luego actuar para superarlas. Hay compañeros que actúan deficientemente, muchas veces no por su incapacidad sino por su falta de interés, irresponsabilidad, actitudes mezquinas, inmadureces etc. Estos compañeros, con mucha paciencia, deben ser apoyados para que vayan superando actitudes que no ayudan a la organización y el fortalecimiento del trabajo.
También se da que personas se incorporan a la organización o al trabajo con fines distintos a la misma, ya sea por el “chisme”, para venderle la información a alguien o porque obedecen a algún grupo político o de interés que busca intereses distintos y que quiere usar o boicotear a la organización.
O ya de plano infiltrados de los aparatos de seguridad nacionales e internacionales que por cierto son muchos, de varios países extranjeros y de varias instituciones nacionales. Lo que buscan estos infiltrados es información y no están interesados en organizar sino en desorganizar o de plano socavar y destruir a la organización. También hay que mencionar que el sistema por su propia naturaleza y para tener dominada a la sociedad, busca siempre dividir, fragmentar y ha impulsado una cultura del individualismo, el protagonismo, la ambición personal, la división, el conflicto y el pleito. Y es una cultura que si no se combate crece rápidamente como yerba mala.
De modo que el trabajo organizativo debe ser serio y constante, pero tiene un gran enemigo, y es el ambiente de “grilla” típico de los ambientes políticos mexicanos. Una parte de los mexicanos que se interesan en la política, reproducen los usos y costumbres tradicionales, que fomentan la grilla.
Hacer amigos, formar grupos de interés, enterarse de todo, llevarse con todos, ser populares. “Hacer grilla” pues. Y desgraciadamente en nuestro sistema político mexicano predomina la “grilla” que esconde los intereses mas superficiales en el mejor de los casos o mafiosos en el peor de ellos. La “grilla” su usa para desviar, sabotear, golpear compañeros, fragmentar, desmoralizar, distraer y para muchos compañeros, participar en “grillar” cuando no hay peor enemigo de la organización que la “grilla”.
Los grillos lo que buscan es defender a los amigos por encima de principios y del trabajo, “estar en el grupo” sin considerar si actúa con fines positivos o no, “estar bien con el jefe” tenga o no la razón. Justificar cualquier cosa para estar “bien” con el grupo. Evitar evaluar y corregir el trabajo. Todo eso lleva a la corrupción y a la degeneración de una organización. Y es en ese ambiente de “grilla” en el que los enemigos de la organización se mueven como peces en el agua.
De modo que quienes queremos organizarnos para lograr transformar la situación actual y hacer que triunfe la justicia, la democracia, la paz, la soberanía, tenemos que tener claro que sin organización no puede triunfar la causa del pueblo y de la nación y que a la organización no le ayuda “la grilla”. Atendamos este problema.
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