Por Pedro J. Méndez.
La última visita de Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la República a Tamaulipas mostró las realidades tanto nacional como estatal, por un lado, tenemos a un AMLO querido por el pueblo, esto es a donde quiera que se pare, es porque la ciudadanía lo siente de ellos, del pueblo.
Por otro lado, se notó el fuerte rechazo de la misma ciudadanía al Gobernador del estado, al Panista Cabeza de Vaca, las muestras de rechazo al desprestigiado Gobernador no son gratuitas, es el resultado de una pésima gestión, podrida desde el nacimiento, recordemos que Cabeza de Vaca llegó a la gubernatura por acuerdos con el PRI de Peña Nieto, fue parte de su pago por aprobar la mal llamada Reforma Energética, esto cuando el entonces Senador por Tamaulipas era parte de la Comisión de Energía del Senado Mexicano, también para ser gobernador se dice que fue financiado por el crimen organizado del estado, en el área de influencia del Cartel Del Golfo y en el área de influencia de los Zetas, en ambos lugares y por la mafia priista del estado, por las razones descritas es claro que los Tamaulipecos no se sienten ni cercanos, ni representados por un personaje que además tiene dos investigaciones tocándole la puerta, una en México y una más por el gobierno de los Estados Unidos.
Fiel a su estilo bravucón vimos a un Cabeza de Vaca amenazante y a la vez a un becerro, me explico. El Cabeza de Vaca retador se presentó cuando leyó las respuestas previamente escritas por sus asesores de imagen, porque hay que decirlo claro, no tiene capacidad de análisis ni de debate, leyó cuál acusado en juzgado penal su declaración en la que quiso compararse con el presidente al decirse perseguido y señalado, cosa más burda ya que existen pruebas de su corrupción y colusión con el crimen organizado desde hace décadas, de ser un criminal fichado por los alguaciles de Texas, no hay comparación con AMLO, quien sí fue atacado por los medios y los poderes facticos y lo sigue siendo, Cabeza de Vaca sonó amenazante al mencionar que en Tamaulipas hacer política cuesta vidas, fue un mensaje claro a los adversarios, es una amenaza por donde se le vea, sin embargo sus aires de gangster se diluyeron cuando el Presidente de la República lo cuestionó públicamente al preguntarle si el gobierno Federal le debía las aportaciones que le corresponden al estado de Tamaulipas, Cabeza de Vaca asintió con todo el cuerpo y diciendo un NO rotundo, este episodio es importante porque parte del discurso golpista de Cabeza de Vaca es mentir reiteradamente al decir que el gobierno de AMLO no les da dinero a los Estados, la careta y las mentiras se le cayeron en un segundo.
Después de la visita del presidente el vuelve a la carga, ataca de nuevo, miente como siempre, reta desde lejos, porque de cerca le tiemblan las piernas, se empequeñece, tiene que ser a la distancia su ataque, él y sus aliados Alfaro de Jalisco, Diego Sinhue de Guanajuato, Francisco Domínguez de Querétaro e Ignacio Peralta de Colima han dejado constancia de ser lacayos de poderes mayores que están en contra del bienestar del pueblo mexicano, pero también dejan constancia de ser los más grandes cobardes cuando el pueblo mexicano y el Presidente de la República están enfrente, Cabeza de Vaca es un corrupto en toda la expresión de la palabra, es en suma un extorsionador que por triquiñuelas y acuerdos oscuros llegó a ser gobernador.
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